Siempre al sentir tus pisadas en la penumbra deslumbrante, viendo en alta mar lo que el dia dejo. Puedo describir en consecuencia el arte pleno y admirado que tu silueta perpetua en cada recondito lugar de mi existencia. Dia a dia como oracion ferviente reclamo el derecho fundido a quemarropa de acompañar tu sinuoso recorrido. Esa fragilidad inmersa en estela otoñal revive sin dudar en mi sentir profuso.
Rodrigo
jueves, mayo 10, 2007
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